E-Mails, banners, redes sociales, campañas de e-marketing, etc., las nuevas tecnologías de la información vienen acompañadas de todo tipo de informes que se nos puedan ocurrir y con el máximo nivel de detalle.
Cuando realizamos algún tipo de acción de este tipo, no debemos fijarnos en el número de opciones de los informes sino en si están los informes que realmente necesitamos. Por eso, antes de mirar los informes que tiene cada proveedor, es necesario que nos hagamos una composición de los datos que necesitaríamos para mejorar nuestros procedimientos, y después buscarlos en los informes que nos pueden proporcionar.
Cada campaña de marketing y cada empresa tienen una serie de objetivos propios y la medición de los resultados y del valor de cada acción es una decisión de cada empresa.
En general los informes básicos son aquellos que nos indican el origen de las ventas y las posibilidades de corregir y ajustar las acciones que estamos realizando conforme a nuestro objetivo. Tenemos que tener en cuenta que también existen ciertos beneficios intangibles y no medibles, como puede ser el prestigio, percepción e imagen de marca, cuyas acciones no tiene por qué tener una rentabilidad inmediata.
El exceso de reportes y de información en ellos hace que finalmente no se vea ni se analice, y que genere eun exceso de trabajo burocrático sólo por la obligación de tener los reportes.
Los reportes requieren tiempo para analizarlos y para tomar decisiones en las medidas a ejecutar.
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