Hace algún tiempo comenzó a aparecer el concepto “low cost” (precio bajo), asociado a determinados productos. El concepto de low cost es prescindir, en un producto o servicio, de los elementos que hacen que el precio sea más elevado y que no forman parte de su valor principal.
La mentalidad de ahorro necesaria en la actualidad impulsa el consumo de este tipo de productos porque el ratio precio/calidad del consumidor ha cambiado junto con una mayor exigencia en la justificación de su gasto, búsqueda de información y comparativas. Esta tendencia ha provocado una bajada generalizada de los precios, que puede terminar en guerras de precios y en pérdidas de la visión del nivel de calidad adecuado, y además un aumento de la creación de productos low cost, lo cual según algunos analistas genera estrategias empresariales sólo a corto plazo. Otra perspectiva tiene la creación de marcas y empresas low cost, donde la estrategia es continua y permiten la posibilidad de fidelización de clientes.
El concepto de Marketing low cost tiene claros casos de éxito y podría aplicarse a todo el proceso de creación de un plan de marketing. El marketing low cost no trata de ahorrar costes en todos los pasos, sino de aprovechar al máximo los recursos para conseguir mejores resultados proponiendo un enfoque diferente e innovador.
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