El mundo de los videojuegos se ha convertido en una industria creciente en la que se configura un poderoso canal de publicidad. Con unos datos que rondan los 80 millones de adultos usuarios y más de 2.000 millones de dólares invertidos en publicidad en 2.010, las expectativas son altas.
Tenemos que diferenciar entre dos conceptos: Publicidad in-game y advergaming. La “publicidad in-game” es la publicidad insertada en los videojuegos, de forma que conforma el decorado o vestuario de la escenografía, es product placement semejante al que se hace en cine o TV, se convierte en una importante fuente de ingresos de las marcas de videojuegos. Por otro lado tenemos “advergaming”, que son los juegos que se desarrollan exclusivamente para las marcas (por ejemplo, actualmente en los cereales Chococrispis de Kellogg’s puedes entrar en un sitio web y descargar juegos con un código que viene en cada paquete), son útiles para fidelizar o crear comunidades.
Recientemente la empresa ComScore ha iniciado un estudio para medir cómo influye la publicidad que hay en los videojuegos en el comportamiento como consumidores potenciales de los jugadores. En las primeras pruebas se comprueba que aumentaron las visitas a las páginas web de las marcas anunciadas.
El desarrollo de las tecnologías de la comunicación avanza hacia la unificación en un mismo medio interactivo de TV, vídeos, PC, consolas, etc., por lo que la publicidad tendrá que reconvertirse para ser eficiente en los nuevos canales y avanzar al mismo tiempo que el desarrollo tecnológico. Una muestra de cómo puede ser ese futuro ya se pudo ver en la película Minority Report en 2.002, donde el secreto de la publicidad era el reconocimiento de la persona para personalizar el mensaje.
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