En el año 2002, en la película Minority Report dirigida por Steven Spielberg, aparecieron unas escenas en las que destacaba cómo la publicidad utilizaba la tecnología para detectar en su base de datos a su target concreto y personalizarle la información publicitaria, y todo ello ocurría en una situación tan común como cuando el protagonista entraba en el metro de la ciudad. Muchos de nosotros nos preguntábamos si la publicidad llegaría a ese nivel de desarrollo, si era posible y si era conveniente.
Para ver si es posible hace falta dos puntos:
a) Tener información suficiente sobre nuestro target: esto ya lo teníamos, lo que ocurre es que no somos conscientes de la cantidad de información que podemos llegar a tener de nuestro target, ya sean potenciales como clientes. Las aplicaciones CRM actualmente nos ofrecen muchos datos tanto de forma directa como indirecta, mediante la relación de datos de información. De la misma forma no es complicado recoger las percepciones de los clientes de los impactos publicitarios que reciben.
b) Tener la tecnología suficiente para identificar al target: esto sabíamos que estaba cerca, pero ahora sabemos que ya está aquí. La empresa Samsung ha desarrollado un sistema de publicidad exterior capaz de detectar ciertas características de las personas que tiene a su alcance, como por ejemplo edad o sexo mediante tecnología de reconocimiento facial, y de emitir publicidad personalizada según la información detectada.
Hemos comentado que la publicidad ha de reinventarse y que la personalización y caminar hacia un marketing de precisión es la dirección adecuada. De todos los impactos publicitarios que recibimos a lo largo de un día, nuestro cerebro tiende a seleccionar los que realmente le interesan, llegar a ser una publicidad que interese a un target no es algo sencillo, porque ha de competir con los productos de la competencia y con la saturación de publicidad sobre la que hay que destacar.