“Cada vez que alcanzamos la cima de una cresta decimos ‘quizás ésta es la última’, pero nunca es la última”
Ernest Shackleton

6 de abril de 2010

Dime de qué color eres…


El desarrollo de las marcas implica entre otras cosas el diseño del logotipo, y en él el color que va a tener no debe de ser una elección aleatoria. Todas las culturas atribuyen diferentes significados a cada uno de los colores, de forma que el logotipo no sólo ha de ser un elemento que nos haga recordar la marca, sino que ha de ser un transmisor emocional del significado que se puede atribuir culturalmente a su color o conjunto de colores. Todo se complica cuando las marcas tienen pretensiones multinacionales, en las que tendrá que enfrentarse a diferentes mercados marcados por culturas propias específicas.

Los colores provocan sensaciones diversas, es un aspecto psicológico conocido, los niños responden a estímulos de color mucho antes que a las formas. Los colores asociados a ritos como el matrimonio o la muerte son diferentes según culturas, así mismo impacta también en el comportamiento de compra del consumidor. La elección del color corporativo de la marca se relacionará con los productos/servicios que se comercializarán, con su posicionamiento y con su segmento de público objetivo, con el fin de maximizar las posibilidades comerciales de venta y de fidelización, así como de comunicación de los mensajes que quiere transmitir la empresa.

No vamos a relatar los diferentes significados que pueden tener cada uno de los colores, y que se puede encontrar en diferentes listas en libros o en la red, pero sí queremos destacar la importancia de un color u otro en marketing. Si la marca es paraguas, cada una de las marcas dependientes entra en ele mismo juego. Si se produce co-branding la velocidad del proceso puede variar en función de las tonalidades de los colores a emparejar, del significado que puede resultar y de la competencia.

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